martes, 21 de mayo de 2013
Espacio vacío
"Pongamos por caso que lo conseguimos, sea como fuere. Digamos que el espacio vacío ha sido cruzado y que podemos quitarnos el problema de encima. Hemos dejado atrás el territorio en el que estábamos. Y estamos al otro lado, que es dónde queríamos estar"(J.M. Coetzee). ¿Qué nos queda? La proyección de la memoria estrecha. Recuerdo muchas cosas de allí que le ocurrían a nadie y todos lo cuentan una y otra vez. También recuerdo su olor parecido al olor del agua. Lo mejor del espacio vacío era no existir siendo lo que ahora somos, existíamos en forma de partículas atómicas en expansión, penetradas y penetrando todo a su alrededor, para ser honesto nunca me vi en medio del complejo de sombras y reflejos de luz, si me preguntas por el tiempo diría que era un itinerario hacia ninguna parte, solo un quedarse y sucumbir a la flotación del espacio vacío.
jueves, 25 de abril de 2013
Gatica
Decían que Luchito era medio
raro, con esas manos de terciopelo que le sacaba música a dos piedras y con su
voz arrebataba el alma de las mujeres, grandes y chicas, que no dejaban de
suspirar cuando él les susurraba “Perhaps, perhaps, perhaps…” Como el hambre,
aumentaba el número de admiradoras populares que se reunían en la concha
acústica para intercambiar tapitas de Donny Brooke y envolturas de cigarrillo
Style, para canjear sus fotos.
Luchito
había llegado en un tren de la división del Sur, arrastrando su pasado en el asfalto
dejando líneas como partituras oxidadas de la ciudad. Era un bálsamo terso ese
Luchito, para suavizar palabras e instalarse en los pisos de damas enamoradas
de las artes y las joyas. Cada noche lo escuchaba sacándole sonidos al viento
roto, haciendo crujir techos y soportes, sobre el silencio de mi habitación
102.
Una noche extraviada en la aventura de mi insomnio, tiré mis
revistas al suelo y enarbolé la tapia para instalarme frente a su ventana callejuelada
de muy buena gana. Pero en realidad, Luchito, nunca fue imagen, porque era un hombre
bajito de pelo liso con cara de escolar de escuela pública. Solamente su voz lo
reconstruía para las mujeres, grandes y chicas, que lo soñaban a media luz, en
la penumbra de sus piezas marmoleadas, en ése vallecito provincial que dormía
la siesta con la radio prendida.
miércoles, 24 de abril de 2013
Homenaje
Cuando busco en mi interior encuentro cosas raras,
sorprendentes, sórdidas, hermosas, frágiles, fuertes como océanos, encuentro
mundos paralelos, fuego ardiendo, plataformas de hielo azul, encuentro
profundas cavernas oscuras pobladas de pájaros ciegos, árboles de rojo coral,
silencios espectrales, cantos mágicos, encuentro cosas raras.
Si me preguntas
Mondo, no sé bien cómo soy, tal vez nunca llegué a conocerme, tal vez el viaje
sea ese. Hoy siento que sé un poquitico más de mí, pero también que he perdido
algo, una simple ilusión. Aprende a conformarte con pequeños descubrimientos
Mondo, aprende a reconocerte en las plantas o en la lluvia, aprende Mondo que
no sabemos de qué materia estamos hechos y qué habita en nuestros sentimientos,
confusos, únicos, universales, míos Mondo.
Sí, yo conozco un Mondo, uno inventado por otro, un tal
señor Le Clezio. Pero te voy a inventar Mondo, serás parte de mi interior raro
y serás libre Mondo, porque llegará un punto que harás lo que quieras, viajarás
a dónde te plazca, tal vez, en esos viajes logres conocerme mejor que yo a ti.
Bienvenido a mí, Mondo y para no equivocarnos, para que no creas que eres una
copia de otro Mondo, te llamarás Tumix y yo me llamaré autora, mucho gusto.
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