Poco me sorprenden tus maneras poco ortodoxas de llamar la atención. Verte me inspira la inmediata necesidad de tomar un cuchillo y debatirme a duelo entre mi yo y mi yo-tu.
Me provocas una nausea indeseable de todo lo que soy.
Eres la sombra dentro de la sombra de mi habitación. Y me parece que bailamos una danza muy antigua y cursi. Caemos sobre el aire espeso y flotamos por encima del sonido que llega hasta el corazón de todas las frutas y las madura suavemente.
Te sueño cadenciosa.
A veces hay episodios dramáticos como el de la barca medio hundida y el sol aplastante y la arena en los ojos y la boca seca. Casualmente volteo a verte como en una escena de una película que da asco y mi corazón-grieta infesto de sentimientos del todo formales.
A veces es mejor no encontrarte.
Te deseo más.